Tres irregularidades del corazón, tres riesgos, una solución para salvar vidas

¿Qué diferencia existe entre un paro cardíaco, un infarto y una muerte súbita?

Dentro del sector salud existen puntos que son particularmente importantes para conocer las distintas enfermedades o padecimientos y de este modo saber distinguirlos entre una circunstancia y otra. La correcta identificación permite no sólo una pronta sino certera respuesta en donde los segundos son invaluables, y la precisión de los actos pueden radicar en el hecho de salvar una vida. Por ejemplo, ¿sabías que el órgano del corazón merece una atención especial al momento de comparar las posibles complicaciones que puede sufrir, tales como el paro cardíaco, el infarto o la muerte súbita? A continuación abordaremos cada una de estas tres irregularidades donde a pesar de su similitud encontraremos sus diferencias y la importancia de reconocerlas.

Las tres son irregularidades cardíacas que representan tres grandes riesgos a los que se enfrenta el corazón, mismas que pueden dejar graves secuelas incluida la muerte; pero, ¿cómo saber detectar a tiempo y en el momento si lo que estamos sufriendo es un paro cardíaco, un infarto o una muerte súbita,? Existen tres explicaciones que nos presentan las versiones de muertes naturales de causa cardíaca, el cómo diferenciar cada una de ellas y el qué hacer al momento de experimentar un suceso de esta índole.

Lo primero que hay que mencionar respecto al paro cardíaco es que no es un ataque directo al corazón (conocido como infarto de miocardio). El paro se define como “una detención del corazón que se produce por una enfermedad o padecimiento en su etapa final”. Esta parada es súbita, es decir, en el momento en el que el corazón deja de latir éste provoca la pérdida de conciencia y la necrosis gradual de las células que dejan de recibir alimento sanguíneo, lo que traerá como consecuencia final un paro cerebral. Este incidente sucede en tres etapas: primero, la persona pierde el conocimiento, después sufre un desmayo, y como consecuencia sucede el paro cardiorespiratorio: el corazón cesa su actividad y, salvo actuación en los primeros minutos, con un desfibrilador y maniobras de reanimación cardio pulmonar (RCP) para reanimar la actividad eléctrica del corazón, la probabilidad de fallecimiento es mayor.

El infarto se presenta de manera distinta y a un ritmo diferente. Éste ocurre cuando hay una obstrucción en una o varias arterias coronarias lo que impide que el corazón reciba suficiente sangre rica en oxígeno. En otras palabras, si el oxígeno de la sangre no puede llegar al músculo del corazón, el corazón se daña y se detiene.

Una comparación entre el paro cardíaco y el infarto, presentada por expertos en el corazón, menciona que “el paro cardíaco se produce cuando el sistema eléctrico del corazón funciona mal y de repente la actividad eléctrica cardíaca se vuelve muy irregular. El corazón late peligrosamente rápido… Los ventrículos pueden revolotear o temblar (fibrilación ventricular) y la sangre no se distribuye por el organismo. En los primeros minutos, como el flujo de sangre al cerebro se reduce tan drásticamente, la persona que lo sufre pierde el conocimiento. La muerte sigue a menos que se inicie de inmediato el tratamiento de emergencia”, nos dice Olga Araujo, médico internista.. El infarto, a diferencia del paro, se distingue por los tiempos de afectación puesto que conlleva dolores agudos durante horas sin existir la pérdida de conciencia, como es en el caso del paro cardíaco.

Uno de los desafíos más importantes en la cardiología moderna es el de la muerte súbita, ésta ocurre de manera repentina en el momento menos esperado. Respecto a investigaciones y definiciones de los expertos, se considera muerte súbita (MS) a los ritmos cardíacos anormales llamados arritmias. Cuando esto ocurre y no se asiste, el corazón se vuelve incapaz de bombear la sangre y la muerte se producirá en cuestión de minutos. En algunos casos, tal y como indican desde la Fundación Española del Corazón, “la reanimación cardiopulmonar puede provocar que la arritmia desaparezca y el paciente se recupere. Esto se conoce como muerte súbita reanimada” (FEC, 2018).

Sin importar el tipo de riesgo cardíaco, en Confianzza nos focalizamos en proteger la vida de las personas, sus actividades diarias y crear confianza en su calidad a través de capacitaciones y equipos para reaccionar ante casos de emergencias cardíacas. Ya sea paro cardíaco, infarto, o especialmente muerte súbita, nuestra labor es proteger y capacitar para reaccionar ante estas emergencias.

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